sábado, 25 de abril de 2020

El tal Tedros Adhanom Ghebreyesus y Don Simón

Quizá sea un bulo-bulo, bulo de verdad, bulo perseguible, rechazable y condenable. Yo creo que sí, que tiene que ser un bulo de primera, porque si no sería impensable, más aun, inimaginable, un giro del destino, un imposible institucional. Sin embargo, como se dice del arte -en este caso del arte búlico o técnica de composición trolera-, a veces la realidad supera a la ficción.

El caso que nos ocupa, dado su calibre, debería ser inspeccionado, no por un mindundi de tres al cuarto, sino monotorizado por el ya célebre Portavoz General del Gobierno Sociocomunista para Asuntos de Propaganda Antigubernamental (a saber, el jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, general José Manuel Santiago), en busca censora de estrés social (o sea, gubernamental) y de crítica negativa (es decir, gubernamental).

Yo, de momento, me amparo en las fuentes. Sólo he consultado una, pero es posible que haya varias afines. Sabido es cómo corren los bulos.

Berberana, E. (25 de abril de 2020). El director de la OMS: un marxista amigo de China acusado de ocultar las epidemias de cólera. Libertad DigitalRecuperado de

Si el título es elocuente, el subtítulo no le va a la zaga: "Tedros Adhanom quiso nombrar al sanguinario Mugabe embajador de buena voluntad de la OMS. Los etíopes alertaron de su turbio pasado."

La simpar Elena Berberana acierta de lleno en sus largo títulos y subtítulos. Leer sus artículos es confirmar con detalles la doble información introductoria.

¿Que dice el texto? Cuenta que Tedros Adhanom Ghebreyesus, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) -de inspiración marxista-leninista durante toda su vida, amiguito de Xi Jiping y de Miguel Díaz-Canel, heredero de los Castro-, fue Ministro de Sanidad en Etiopía durante las tres epidemias de cólera sufridas por el país africano (2006, 2009 y 2011), muy mal atajadas por el docto revolucionario.

Lo grave es lo siguiente: si se tiene en cuenta que su gestión no pecó de transparencia ni de diligencia, cabe preguntarse por la adscripción política y la cualificación científica de los sujetos que fueron capaces de encaramar al antaño gestor negligente y ahora solo catódico biólogo a la cima de la OMS.

Don Simón, con adscripción y cualificación del tipo "se le supone", podría aspirar al cargo, y más con ese toque naturalista que le caracteriza en sus siempre impagables declaraciones. Aunque habría que convencer al duro y áspero Trump.


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