sábado, 9 de mayo de 2020

La errática neolengua feminista

El lenguaje inclusivo manifiesta varios errores. El principal, el yerro sintáctico, es inherente a la propia neonorma y a la vieja condición humana. No es posible que el ser humano pueda mantener siempre la dichosa regla obsesiva.

Las terminaciones -o y -a, -os y -as, -ente y -enta, -entes y -entas, -ado y -ada, -ados y -adas, etc., etc., etc., terminan por agotar la buena disposición idiota-ideológica del mentecato de turno, dando paso a una incipiente aparición del sentido del ridículo en el hablante, que introduce un evidentísimo error sintáctico en el discurso (según la neonorma gramatical)  y acaba hablando como "Dios manda". Ya saben: la gramática. O sea, la realidad humana y la historia.

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