miércoles, 12 de noviembre de 2014

Arcadi Espada y la peste

      En elmundo.es, penúltima entrada de Arcadi Espada en su blog 1714: Diario del año de la peste. Publicada el 9 de noviembre de 2014, a las 17:14 h. Como en la radio.
      - Adelante, compañero, desde el Nou Camp. O desde el Camp Nou ("Mes que un club"). Barcelona-Real Madrid.
      - "Tiempo y resultado. Las 17:14. No hay Estado en España."
      Bien visto, puesto que ningún representante del Estado central se persona en el campo de juego para sacar la tarjeta roja. Pero se equivoca el gran Arcadi por un resto de optimismo. ¡Ojalá! Hay demasiado Estado: los Gobiernos Autonómicos, por ejemplo.
      Este aquelarre no es nada comparado con la anunciada llegada de los cuatro jinetes del Apocalipsis. Tan sólo se trata de una convocatoria de brujas y brujos presidida por el macho cabrío. Luego, eso sí, en lo que están ya los adoradores del Íncubo, brujos y brujas se habrán de postrar de rodillas ante él y besar sus partes pudendas en señal de homenaje y sumisión. Más tarde vendrá el momento de la misa negra y la orgía, de la celebración y el gozo, para terminar con la ingesta de cadáveres.
      El 9N, anteayer, como hubiera sido el deseado 11S, o el 666, día de la Bestia, o cualquier día desde la inclusión del término "nacionalidades" en la Constitución Española, es un día más en la deriva hacia el despeñadero de la Nación. Un día más, sin duda, pero uno de los penúltimos...
      El referendum del 9N es uno de los últimos gestos encaminados a dar, el día menos pensado, el golpe de gracia al Régimen nacido en 1978. Golpe de Régimen -que es lo grave e incierto-, no sólo de Estado o de Gobierno -normalmente, leves y previsibles, salvo que fracasen y se enquisten-. Es la Nación lo que habrá de quedar fuera de la historia. Posmoderna, como les gusta a los posmodernos. Tendrá que buscarse la vida, si es que todavía le quedan fuerzas, o perecer en el intento. O no intentar nada y perecer en la nada, por deméritos propios, por su propia anulación de la voluntad. Al estilo schopenhaueriano. O budista, para entendernos.



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