Como debería saberse, la "memoria histórica" es una selección política de estímulos imaginarios para la reacción moral en el presente.
Dicho en términos más familiares: la actual hipermnesia hacia el el totalitarismo nacionalsocialista apenas es una gota de agua en el océano de la amnesia hacia la mentira y el crimen del comunismo. En años y en muertos. Y en el número de conmilitones, protectores y catequistas.
Después de vender su alma a los directivos de las telecloacas de la Nación, serán millones los españoles que, en breve, darán su irracional apoyo electoral -quizás el último- a los nuevos telegénicos dictadores de la burguesía, del proletariado, del campesinado y del lumpen urbano. Entre ellos estarán, por supuesto, los profesores universitarios y los de secundaria, así como los intelectuales y los estudiantes.
¿Acaso la experiencia histórica no tiene nada que decir sobre el programa político-moral y económico de estos gamberros voluntaristas universitarios de cafetería, pasillo, pellas, suspensos, becas, corrupción, nepotismo, amiguismo, clientelismo, ruina incipiente, propaganda y agitación, intimidación y provocación, escraches, agresiones, delitos...? (Dicho entre nosotros: lo peor de todo procede de sus nauseabundos vomitivos morales y de su abyecta e insufrible petulancia teatral.)
En efecto, no hay nada que decir que no se sepa. Los partidarios son inmunes. Lo hacen a sabiendas. Para que gestionen su resentimiento y su espíritu de venganza.
¿Acaso la experiencia histórica no tiene nada que decir sobre el programa político-moral y económico de estos gamberros voluntaristas universitarios de cafetería, pasillo, pellas, suspensos, becas, corrupción, nepotismo, amiguismo, clientelismo, ruina incipiente, propaganda y agitación, intimidación y provocación, escraches, agresiones, delitos...? (Dicho entre nosotros: lo peor de todo procede de sus nauseabundos vomitivos morales y de su abyecta e insufrible petulancia teatral.)
En efecto, no hay nada que decir que no se sepa. Los partidarios son inmunes. Lo hacen a sabiendas. Para que gestionen su resentimiento y su espíritu de venganza.
Dice Jesús Laínz, en Libertad Digital, aludiendo sin duda a la parte cándida y utilizable de los votantes de la neocosa decimonónica:
"Los últimos restos
del naufragio socialista, la estrábica China capitocomunista, la alucinante
Corea, la paupérrima Cuba y la esperpéntica Venezuela, siguen cautivando la
imaginación de millones de pijos occidentales, españoles sobre todo, de ignorancia
sólo superada por su irresponsabilidad (...)
Lo trágico de este inconmensurable disparate es que la gran mayoría de incautos sólo acabarán dándose cuenta de su error cuando ya no haya curación para los males causados."
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Facilito aquí la lectura de todo el artículo: "Apología del comunismo"
En 1990,
exactamente cincuenta años después de los hechos, Mijaíl Gorbachov admitió
oficialmente que la NKVD había asesinado en 1940 a los miles de polacos
enterrados en las fosas de Katyn, así como en las de Mednoye y
Piatykhatky. Y dos años después Borís Yeltsin entregó al presidente polaco Lech
Walesa los documentos firmados por Beria y Stalin en los que ordenaron aquella
masacre.
Por el camino habían
quedado ocultaciones de los gobiernos aliados para no entorpecer el
esfuerzo de guerra contra Hitler, acusaciones falsas a los nazis en el juicio
de Nuremberg y, sobre todo, confesiones arrancadas mediante tortura y varios
oficiales alemanes ahorcados por un crimen que no cometieron.
Una minucia si se
compara con el genocidio cometido por Stalin, en tiempo de paz y contra su
propio pueblo, para meter en vereda a unos ucranianos que no mostraron todo el
entusiasmo que hubieran debido ante el proceso de colectivización. Entre 1932 y
1933 murieron de hambre planificada por el Estado alrededor de tres millones de
personas en lo que posteriormente sería bautizado como Holodomor ("matar
de hambre" en ucraniano), uno de los episodios más espantosos de toda
la historia de la Humanidad y que, sin embargo, casi nadie conoce. Y podríamos
continuar con el horror del gulag soviético, con las decenas
de millones de muertos a manos de Mao o Pol Pot y con mil y una maravillas más
de la ideología política ganadora de la medalla de oro en producción de
cadáveres. Pero todo esto no son más que unas breves notas al pie en una historia
de los crímenes políticos casi monopolizada por los de los regímenes
antagonistas del comunismo, sobre todo durante la Segunda Guerra Mundial.
El eximio
historiador francés Emmanuel Le Roy Ladurie, antiguo militante de los partidos
comunista y socialista, resumió así este curioso desequilibrio:
Existe una
amnesia hacia el pasado del comunismo, mientras que sobre el nazismo y sus
secuelas, tanto las reales como las supuestas, lo que domina es la hipermnesia.
¿Cuáles son las causas de este desequilibrio? Le Roy Ladurie señaló que mientras que
los campos nazis fueron fotografiados y publicitados por los vencedores de
1945, ningún ejército extranjero llegó a derribar y filmar el gulag soviético.
A ello habría que añadir que los crímenes nazis fueron condenados con efectos
universales y perdurables en el Juicio de Nuremberg, mientras que los de sus
victoriosos enemigos fueron olvidados o al menos justificados. Finalmente, del
mismo modo que las películas de John Wayne han hecho más por la consolidación
de la nación estadounidense que todos los artículos de su Constitución,
Hollywood lleva setenta años sacando jugo a la victoria sobre el nazismo,
mientras que Katyn y el Holodomor no han tenido ni un Gerald
Green que los novele ni un Stanley Kramer que los juzgue ni un Steven Spielberg
que los eleve a la cima del Oscar.
Por todos estos
motivos el totalitarismo fascista, que cometió el insuperable error de perder
la guerra, ha sido condenado a la ignominia eterna mientras que el
totalitarismo socialista, que tuvo la suerte de estar en el bando vencedor,
sigue gozando de una respetabilidad inmerecida. Y no sólo por sus enormes
crímenes, sino también por tratarse de unos regímenes que tuvieron que levantar
un muro, no para defenderse de los enemigos exteriores, sino para impedir que
el paraíso proletario se les vaciara; y que, finalmente, acabaron derrumbándose
por su propia ineficacia e injusticia.
A pesar de todo ello, los últimos restos del
naufragio socialista, la estrábica China capitocomunista, la alucinante Corea,
la paupérrima Cuba y la esperpéntica Venezuela, siguen cautivando la
imaginación de millones de pijos occidentales, españoles sobre todo, de ignorancia
sólo superada por su irresponsabilidad.
http://www.libertaddigital.com/opinion/jesus-lainz/apologia-del-comunismo-79370/
http://politica.elpais.com/politica/2016/06/22/actualidad
http://www.abc.es/elecciones/elecciones-generales/abci-elecciones-2016
http://www.elmundo.es/espana/2016/06/24
http://politica.elpais.com/politica/2016/06/22/actualidad
http://www.abc.es/elecciones/elecciones-generales/abci-elecciones-2016
http://www.elmundo.es/espana/2016/06/24
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