Me gusta
la cínica inversión evolutiva de la especie humana perpetrada torpemente por
una tal "artista danesa Ines Doujak": desde el Rey Padre a Fofó, y
desde el querido payaso de los niños y las niñas de la Tele a esa tierna
mascota canina que, a la sazón, más parece un Hombre Lobo sobre dos patas, al
estilo vengativo del Doctor Moreau, que un inexistente Diógenes feliz por el
hallazgo final de un hombre de verdad a la luz de su linterna.
El Rey
"Padre". De ahí le debe venir la inquina a la fémina revoltosa. Y Fofó, la transgresión gay-republicana. Y la Bestia rematando
el conjunto escultórico y la Civilización entendida como Poder y como Teatro,
que es lo propio de los Bárbaros. No les gusta el Mundo como Voluntad y
Representación. Lo prefieren Inmundo e Inhumano. Lo dicho: perruno.
Falta la
lectura localista. Al final, mucho me temo que la chica del bodrio sea el
trasunto de algún macho gamberro nacionalsocialisto-catanalista. Arte local. La
transvaloración de todos los valores de "Madrit". Al parecer han presionado mucho al tímido
director de la Fundación Macba, que no ha podido resistirse a las peticiones de
los espectadores.
Lo que
no me gusta de esta basura es, precisamente, la concreción, que la hace pueril y vulgar, limitada y sin espíritu. Anecdótica, en suma. Bien está el can y el payaso, como
representantes de tantos de nuestros semejantes, pero no la cabeza del
exmonarca. Estamos en la época de la globalización: una cabeza comodín
desenroscable de quita y pon hubiera dado más juego. ¿Por qué no algún santo
varón de los Països Catalans? Échenle
humor y coraje, como los chicos de París. ¿Por qué no algún vade retro dedicado a Al Qaeda o al Ejercito Islámico? Sólo se atreven
con los árboles caídos.