martes, 10 de noviembre de 2015

España

      "Un pueblo que olvida su historia se condena a repetirla." (Santayana)
      La idea es buena, y correcta, pero no su expresión, fallida y, por tanto, ineficaz.
      El problema, en España, no consiste en que se haya olvidado el pasado -¡ojalá!, ello permitiría abrigar esperanzas de llegar un día a rememorar ese pasado y poder normalizar el presente-; lo grave, más aun, lo incurable, es que no se asimila ningún presente histórico. Ni el del tiempo pasado (al menos, desde el fracaso de la Pepa, en 1812) ni el de la época presente (desde la II República hasta hoy). La actualidad histórica se oculta o se fantasea. La historia se ignora o se falsea. Se vive al día, como el niño o el viejo. Mal futuro. De neurótico voluntario. Quizás España no sea apta para el diván, como les ocurre a los escapistas…


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