jueves, 20 de febrero de 2014

"Todos roban"

      Roban cuando trabajan y cuando no trabajan, cuando se reúnen y cuando se separan. Roban cuando hacen y cuando deshacen, cuando ni hacen ni dejan hacer, cuando vagan y cuando bregan, cuando se exhiben y cuando se embozan, cuando se aburren y cuando se solazan. Roban cuando hablan y cuando callan, cuando mienten y cuando dicen que dos y dos son cinco. Roban cuando necesitan engañar y cuando no necesitan engañar.
      Roban cuando respiran. En su casa y en el despacho. En la ciudad y en el campo.
      Roban cuando duermen y cuando se despiertan, cuando ayunan y cuando se desayunan, cuando comen y cuando cenan... Casas palaciegas. Hoteles de lujo. Restaurantes de alta cocina. Vacaciones de ensueño. Viajes prohibitivos. Todo pagado por el contribuyente voluntario y el involuntario.
      Roban cuando roban y cuando no roban, cuando cobran su sueldo y su sobresueldo, cuando se lo gastan y cuando lo ahorran, cuando hacen un depósito y cuando lo retiran, cuando invierten y cuando recogen dividendos. Roban cuando declaran a Hacienda y cuando no declaran a Hacienda, cuando pagan y cuando defraudan. Todo pagado por el contribuyente forzoso.
      Roban los de un lado y los del otro lado. Los de más allá y los de más acá. Los que ya están y los que aún no están. Los que estuvieron y los que estarán. Unos roban dinero y estatus, otros estatus y dinero. Unos roban más, otros roban mejor. Unos más rápido y más cantidad, otros más lento y menos cantidad. Roban los pobres y roban los ricos. Roban los tontos y roban los listos. Roban los traidores y los cobardes, los activos y los pasivos, los ilusos y los realistas, todos posibilistas. Roban los buenos, los malos, los regulares y los malvados bondadosos. Todos roban. Todo pagado por el votante voluntario y el no votante.
      No sólo roba el político. Roba el político y el no político. El que ejecuta, el que legisla, pero también el que enjuicia, que no los enjuicia. Roban cuantos papan de lo que popan. Roban los infinitos que viven de los víveres ajenos. Pagado todo por el contribuyente forzoso.
      "Roban porque sí", dice la autora del artículo infra. Roban por robar. Roban porque no saben hacer otra cosa que robar. Yo creo que es el destino de los pueblos que ya no tienen ningún destino...
(Inspirado en el artículo de Zoe Valdés, "Todos roban", publicado en LD.)

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